Locas

Cuando una se acostumbra a que el mundo rechace (y los hombres son el mundo),

y después a una la aceptan

una no entiende

Porque si el mundo odia al puto y después lo acepta, una no entiende

Qué tipo de trabajo es ese, no tener que soportar la mirada

envalentonando los hombros, la espalda, la cola

rota

Rota de mil noches de saña mundana, del mundo, sí, de los hombres. Los mismos hombres

que a la mañana no te conocerán

vivirán lejos

vivirán en camisa

vivirán en la dignidad de una casa con familia

Qué loca costumbre es esa, de ya no odiarnos

de ver que pasamos y no tener que defender la persona que una es

que una ha construido

del insulto de la risa del rumor

Soy yo, era él pero siempre era esta

Qué costumbre es esa, de dejar que una pase

y la traten como a reina

Como la reina que una siempre ha sido

Pero qué, cuando la abrazan y le piden perdón en silencio

por el que la abusó de niña, mhijita

por el que se rió

por el que la deseó morir

Loca

Porque una está acostumbrada que si le ortean sea por deseo y no falta de respeto,

si a una la tocan es por deseo

no por falta de respeto

Milagro que le hace dios a la monstruosidad, la que una se siente

por besar como mujer y que la traten como a puto

Por desear como mujer y la traten de puto

Por ser puto, de última, por costumbre, y llamarse ella

Esa mala costumbre de nacer y que le pongan nombre a lo que cada cual trae,

mala costumbre del diablo

De decir qué una es antes de preguntarle, antes de ver que una no es ni puto, ni marica ni loca ni rara

Una es ésta, callese si no encuentra la palabra

Si no encuentra la palabra callese, ¡callese, cállese!

Esas costumbres del mundo que la dejan agradeciendo las migajas, la hacen a una miserable

Miren que conformarse con el saludo, con que la confundan con mujer

¿Pero ve? Que una misma sigue diciendo que pasa por mujer,

que lo ha hecho al mundo que se confunda

que ha hecho que el mundo la llame ella

y se calle pero en el fondo

Diga cómo se borra una la mirada de como se mira a los raros

Arlequines nocturnos para el amor

Así nos ha querido el mundo, los hombres, sí, los hombres

Por las noches a media luz, en esa mezcla de alegría y resignación con que se queda una

por decir: me ama, hasta que amanezca

Muchos amores tiene una loca, un puto, nocturnos

Luego viene la gente y la aceptan, después que una lucha

y llora

y ha sobrevivido al hambre

al miedo

a la ira de algún desbocado

Viene el mundo y hace un abrazo y una no entiende

No entiende y acepta pero vive agradecida

Nunca los he visto agradecer que los respeten, en cambio una se siente diferente hasta en eso

En cambio una todavía tiene que decir: en cambio una,

por obligación, por memoria, porque la historia no ha sido otra

Y recibe abrazos, sinceros, de disculpas, de resarcimiento

y los entiende y los acepta

Porque una se sabe loca, loca por ellos que así la llaman

cuando si no tienen la palabra… bien podrían callarse

Callese

Dígame usted, digame eso: usted

Y sepa que está lejos de mí, que en nada nos parecemos y que su mundo, a los hombres, su mundo nunca lo quise

Trateme de usted y entienda el quilombo, las locas conocemos la alegría desde adentro

porque la alegría es lo único que tenemos

No tenemos nada que al mundo le importe porque sólo tenemos alegría

Que es un par de alas cuando el cuerpo va a la deriva por la vida

¿Usted sabe qué es el miedo, la vergüenza con fondo de bronca?

No sabe, así que callese

Esto es lo que queda cuando le han dicho a una que nada

que lo único que hay para ella es ninguna cosa respetable de ese mundo

que llaman suyo. Y bien dicho porque lo han hecho para eso,

moldeado para ellos cómo más iban a creerlo,

ese mundo suyo, decirlo de una vez porque se sabe

Y qué queda, queda que una se hace una fiesta con la amiga

por haberse encontrado

Porque ninguna trinchera es de soledad, amiga vos sos mi trinchera

Una, que es una loca y a las locas nada les corresponde, ¿así dicen, no?,

que es un puto y los putos no conoceremos el amor

Le digo: amor es la amiga

Esta mano mía, cuento más que las dos mías, esas manos

son la caricia

La que el mundo niega y todos encuentran y llevan a un altar

Y le encienden velas cuando la cama se enfría

y el marido no está porque está con un trolo

Esta mano amiga, la que no se entiende pero gracias

Porque hasta eso le habían quitado a una, que por loca sólo iba a juntarse con trolas

y todo eso que el mundo, los hombres, barren para afuera

para ser gente de bien y nadie sepa

Nadie sepa que a su sociedad la mantenemos nosotras

La alegría que les falta nos la llevamos al basural, al barrio, aquí manos vacías nos abrazamos

y no digo nos queremos porque quizá el amor sea también de ustedes

Pero nos alegriamos, si nos escucha reír cállese.

 

*Por: Maira Rivainera

 

Ferretería Gay

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.